El tributarista Leonardo Siade Manzan destaca que la reforma tributaria y sus efectos en la recaudación municipal constituyen uno de los aspectos más estratégicos y sensibles del actual debate legislativo. Con la propuesta de simplificar y unificar tributos, la redistribución de los ingresos públicos podría transformar la forma en que los municipios recaudan y gestionan sus presupuestos. Este tema genera gran atención, ya que la salud financiera de las ciudades es directamente responsable del mantenimiento de servicios esenciales como salud, educación, transporte y saneamiento.
¿Cómo puede la nueva estructura cambiar la caja de las ciudades? Descúbrelo con Leonardo Siade Manzan.
Actualmente, la mayor parte de los ingresos municipales proviene de tributos como el ISS, el IPTU y de transferencias constitucionales del ICMS y del Fondo de Participación de los Municipios (FPM). Leonardo Siade Manzan subraya que, con la sustitución de estos tributos por el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) y otras modificaciones previstas en la reforma tributaria, la lógica de recaudación pasará por cambios significativos. La propuesta establece que el nuevo impuesto sea compartido entre la Unión, los estados y los municipios, lo que exigirá la creación de reglas claras y transparentes para la distribución de los montos.
Se observa que el período de transición será decisivo para evitar pérdidas abruptas de ingresos. Durante este proceso, será necesario preservar el equilibrio de las finanzas municipales, evitando que sectores como salud, seguridad e infraestructura sufran por falta de recursos. Una transición bien planificada también puede evitar disparidades entre ciudades con diferentes tamaños y capacidades económicas.
Ganancias potenciales para la gestión local
Leonardo Siade Manzan explica que, si se implementa correctamente, la reforma tributaria podría aportar mayor previsibilidad presupuestaria y un sistema más transparente para los municipios. Un modelo simplificado tiende a reducir costos administrativos y disminuir la complejidad en la recaudación, lo que puede ampliar la base de contribuyentes y combatir la evasión fiscal. Esta modernización, además de aumentar la eficiencia, puede mejorar el ambiente de negocios local y atraer inversiones.
Otra ventaja es que la recaudación pasará a regirse por reglas más uniformes, evitando conflictos de competencia entre los entes federativos y reduciendo litigios judiciales. Para los gestores municipales, esto significa más tiempo y recursos para centrarse en la ejecución de políticas públicas en lugar de lidiar con disputas tributarias.

Riesgos que requieren atención inmediata
A pesar de las oportunidades, Leonardo Siade Manzan advierte sobre ciertos riesgos. Uno de ellos es la posibilidad de concentración de ingresos en regiones más desarrolladas económicamente, lo que podría ampliar las desigualdades entre municipios. Sin mecanismos de compensación, ciudades más pequeñas o menos industrializadas podrían sufrir caídas en la recaudación que comprometan la oferta de servicios básicos a la población.
Otro punto crítico es la dependencia de las transferencias. Si el sistema de distribución del IVA no es eficiente y ágil, los municipios podrían enfrentar dificultades temporales de liquidez, afectando su capacidad de pago e inversión. Por esta razón, los especialistas defienden la inclusión de cláusulas de salvaguarda y la creación de fondos de compensación para proteger a las localidades más vulnerables.
El diálogo federativo como clave del equilibrio
Leonardo Siade Manzan sostiene que el éxito de esta reestructuración tributaria dependerá de un diálogo federativo sólido. La definición de los porcentajes de participación de cada ente federativo, así como los criterios de reparto, debe ser resultado de negociaciones amplias, transparentes y técnicas. Cuanto más representativo sea el proceso, mayor será la posibilidad de construir un sistema que combine eficiencia recaudatoria con justicia distributiva.
Además, la cooperación entre la Unión, los estados y los municipios puede prevenir conflictos de competencia y garantizar que las reglas se apliquen de forma uniforme. Esta alineación también facilitará la adaptación de las administraciones locales al nuevo modelo tributario.
Rumbo a un futuro sostenible
Leonardo Siade Manzan concluye que, para lograr un equilibrio sostenible, la reforma tributaria debe ir acompañada de incentivos a la buena gestión fiscal y al uso eficiente de los recursos públicos. Herramientas de transparencia, auditoría y control social pueden potenciar los beneficios de la nueva estructura, asegurando que la recaudación se destine a políticas públicas de alto impacto social.
Con un sistema tributario más simple, justo y previsible, los municipios podrán planificar inversiones a largo plazo con mayor seguridad, fortaleciendo su autonomía y garantizando servicios de calidad a la población. La reforma tributaria, si se conduce con responsabilidad, puede convertirse en un hito para el desarrollo local y la reducción de las desigualdades regionales en Brasil.
Autor: Janice Wagner