El concepto de ciudades de 15 minutos ha ganado terreno en los debates sobre movilidad urbana, calidad de vida y planificación sostenible. Según el empresario Aldo Vendramin, esta propuesta puede transformar profundamente la dinámica de las ciudades brasileñas al acercar la vivienda, el trabajo, el ocio, la salud y la educación en un radio de desplazamiento que pueda ser recorrido en hasta 15 minutos a pie o en bicicleta. La idea es construir espacios urbanos más integrados, seguros y accesibles, con enfoque en el bienestar de las personas.
Inspirado por modelos europeos, el concepto busca descentralizar los servicios urbanos, evitando desplazamientos largos y reduciendo la dependencia de los automóviles. La ciudad de 15 minutos favorece la creación de comunidades más cohesionadas, a la vez que contribuye a la sostenibilidad ambiental, mediante la reducción de las emisiones de carbono y el fomento de medios de transporte limpios. Este modelo promueve un entorno urbano más saludable, humano y conectado con las verdaderas necesidades de la población.

Reorganización del espacio urbano y sus beneficios directos
Aplicar este concepto en Brasil requiere una reorganización profunda del espacio urbano. Es necesario repensar el uso del suelo, estimular el uso mixto de terrenos, crear centralidades en barrios periféricos y garantizar infraestructura adecuada para peatones y ciclistas. La movilidad activa pasa a ser el eje central de la planificación, lo que exige aceras accesibles, ciclovías seguras y señalización eficiente.
De acuerdo con Aldo Vendramin, las ciudades que apuestan por este modelo logran mejorar la calidad del aire, disminuir los atascos y aumentar la calidad de vida de la población. Además, se estimula la economía local, ya que los habitantes consumen productos y servicios de sus propias regiones, fortaleciendo pequeños negocios y creando redes de apoyo comunitario. Estas acciones contribuyen a una urbanización más inclusiva, justa y sostenible a largo plazo.
Inclusión social y planificación participativa
Otro aspecto fundamental para la implementación del concepto es la inclusión social. Las ciudades de 15 minutos no pueden ser exclusivas de zonas privilegiadas o de alto poder adquisitivo. Es necesario garantizar que las poblaciones más vulnerables también tengan acceso a esta infraestructura urbana integrada. Esto implica políticas públicas que inviertan en vivienda social bien ubicada, educación de calidad y servicios públicos cercanos y funcionales.
Como señala Aldo Vendramin, la planificación participativa es una herramienta esencial para el éxito de esta transformación. Al escuchar a la población, se puede entender sus demandas reales y adaptar las intervenciones urbanas para que sean efectivas y respetuosas con la identidad de cada comunidad. La participación activa de los residentes refuerza el sentido de pertenencia y aumenta la adhesión a los cambios, haciendo que el proceso de transición sea más democrático y eficaz.
Desafíos de implementación y perspectivas para el futuro
Implementar el modelo de ciudades de 15 minutos en los centros urbanos brasileños no es una tarea fácil. El desafío pasa por revertir décadas de urbanismo basado en la expansión horizontal, en la priorización de los automóviles y en la concentración de servicios en determinadas regiones. Es necesario superar barreras como la especulación inmobiliaria, la falta de planificación integrada y la escasez de inversiones en infraestructura básica, sobre todo en las periferias.
La experiencia del señor Aldo Vendramin muestra que, con visión estratégica y políticas públicas bien estructuradas, es posible iniciar transformaciones puntuales que, sumadas, generen un impacto profundo. Intervenciones como corredores verdes, revalorización de espacios públicos, implementación de escuelas y puestos de salud en barrios alejados y fomento de la economía local son pasos concretos hacia este nuevo modelo urbano, más ágil y centrado en el ciudadano.
Transformar las ciudades en entornos más humanos, accesibles y resilientes es un desafío urgente frente al cambio climático y las desigualdades sociales. Las ciudades de 15 minutos ofrecen una respuesta viable e inspiradora para este escenario. Con voluntad política, planificación inteligente y participación de la sociedad, Brasil puede avanzar en la construcción de zonas urbanas más equilibradas y justas para todos.
Autor: Janice Wagner